sábado, 15 de enero de 2011

Escuchando su llanto

Me molesta, me molesta, me molesta… desde que el doctorcito nuevo llegó no he dejado de escuchar los quejidos de aquel sujeto; siempre allí en la entrada del baño llorando, con su overolcito ridículo y sus manchitas de sangre bañándole el rostro…

Nadie me cree (aunque no soy la única que lo ha visto), pero en este lugar donde nada parece tener sentido ¿Quién va a creerme? ¿Quién?

A veces quisiera no haber nacido con este don (nos condena a estar solos eternamente); ellos siempre han sido así, todo lo que no entienden lo encajonan en la palabra raro; nos etiquetan y excluyen solo porque no pueden comprendernos; y yo ya estoy cansada, muy cansada de todo esto.

No sé si es mejor decir que escucho el llanto de ese idiota y ser narcotizada con tantos medicamentos, (¡Malditas drogas! ¿Porqué no entienden que eso no nos cura? Solo nos hace deambular como zombies, y hablar como si nunca hubiéramos aprendido a hacerlo bien); o si acaso debo callar, enmudecer, no decir nada y permitir que sus gritos sigan entrando a través de mis oídos…

-¿Qué clase de psiquiatra mata a otro que probablemente debería de estar aquí?

-Tranquila Febe, tranquila.

- ¡No puedo estarlo! ¿Acaso esos gritos no te desquician? ¡Creo que podría explotar de un momento a otro!… Dichoso tú que puedes salir a voluntad de aquí.

-Pero no lo hago, me quedare a tu lado hasta el fin de los días… si los de allá arriba me lo permiten.

-… Gracias

-¿Por qué preciosa?

-Por estar siempre aquí, a mi lado.

-No agradezcas, las cosas simplemente son así; mi dulce Febe, yo seré siempre tu guía.

-La culpa es… de ese hombre; lo puedo sentir… ¿Tú no?

-¿Del doctor nuevo?

-No, del doctor no, de él no; hablo del otro sujeto… el del nombre raro; tiene demasiadas cosas malas… sí, muy malas, y todas las va cargando en su espalda; su energía me jala y me consume cada vez que estoy cerca de él; por eso procuro evitarlo… ¡No quiero tenerlo cerca!

-¡Hey linda! Ya hay que apagar la luz, es hora de que duermas y no creas que no vi lo que estabas haciendo, recuerda lo que hemos dicho acerca de “hablar” con tu amigo; jamás saldrás de aquí si no pones de tu parte… Por cierto ¿Sigues escuchando esos gritos cariño? Puedo decirle a la doctora de guardia que te recete el mismo medicamento para que duermas rico; todos estamos muy alterados con lo que pasó…

-Así estoy bien gracias; por cierto, si yo fuera tú no me burlaría tanto, si no fuera buena Francisco ya te habría matado, y la paciencia puede terminarse algún día

-Mmmm… como digas cariño; buena noche.

Maldita enfermera, siempre burlándose de mí, del de enfrente que siente que se lo comen los gusanos, ¡de todos! ¡Se ríe de todos! Y además cada que viene ahuyenta a Francisco con sus palabritas mustias; ¡Estoy cansada! ¡Muy cansada de todo esto! Y esos malditos quejidos no me dejaran en paz; mañana hablare con el del overol… estoy cansada de oírlo llorar todas las noches.

Creo que esta será otra noche larga, igual que todas las otras, desde que llegué… desde que llegamos aquí.

2 comentarios:

DoodMilan dijo...

me gustó mucho!! tienes talento!

Anónimo dijo...

Me gusto muchísimo espero que escribas mas, tienes un gran talento, deberías hacer un libro.